sábado, 9 de noviembre de 2013

El camino de Ricardo Piglia

En mayo de 2011 Ricardo Piglia fue uno de los pocos académicos de Princeton en abrir la boca a propósito del suicidio del profesor español Antonio Calvo. Calvo se había quitado la vida después de conocer que la prestigiosa universidad lo había despedido de sus funciones por motivos nada claros. Sorpresivamente Piglia defendió la memoria de Calvo cuando todos sus colegas e incluso las autoridades de la institución prefirieron llamarse a silencio. "En los 10 años de trabajo de Calvo en la universidad no hubo un solo hecho que justificara el despido", declaró el escritor.

Había quedado puesta de manifiesto la violencia educada sobre la cual tanto y tan bien reflexionada Piglia en su última novela "El camino de Ida" (Anagrama). El libro es una metáfora de la inteligencia académica expuesta como un cuerpo desnudo a las inclemencias del tiempo. Y el tiempo es la enajenación que anida en lo profundo del lenguaje. Piglia describe los oscuros laberintos de los que está compuesto en parte el circuito de pensamiento academicista. La universidad como una olla a presión. Como una pieza perdida de la sociedad pero que representa de igual modo los conflictos que se encuentran en sus bases.

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