Estas no son
preguntas al azar. Se trata de hipótesis puestas sobre el tablero de
los hechos.
¿Qué ocurrió la
madrugada del sábado 8 de julio en Puerto Natales? Muchos de
aquellos que no dejan de preguntar “por qué”, como si en el “por
qué” hubiera alguna explicación razonable ante tanta violencia,
puede que encuentren en estas líneas una especie de alivio. Un
calmante para su morbo.
El sábado 8 de
julio, Gonzalo Muñoz (21), Víctor Hernández (31) y Sady Galindo
Soto (33) y Héctor Almonacid salieron alrededor de las 5 AM del bar
Slowly. Salvo Muñoz, todos habían bebido. Abandonaron el lugar del
modo en que este mismo cronista lo ha hecho en numerosas
oportunidades. No amerita ningún otro comentario.
Según testigos
presenciales que ya ofrecieron su versión en la Policía de
Investigaciones y que charlaron con este periodista, los cuatro
anduvieron unos 200 metros y, sobre calle Bulnes, Hernández se
dirigió hacia una pareja que estaba junto a un vehículo
estacionado.
Eran el ahora ex
carabinero Miguel Delgado Velásquez y del ex guardia seguridad,
Sebastián Cáseres. Este último brindó su testimonio ayer en la
PDI y quedó en libertad por unas horas. Hoy por la mañana fue
detenido después de que dos grupos de testigos lo ubicaran en el
lugar en que se produjeron las dos peleas.
Una persona de la
que no daré datos, amenazó a quien escribe estas líneas, hace unas
horas con demandar por haber mencionado el nombre de su pareja
-Cáseres- en el anterior artículo en esta cuenta. Le fue explicado
que estamos abiertos a una entrevista y que su situación es muy
comprometida
Después de una
discusión comenzaron los golpes. Lo insólito es la furia y la
intensidad del ataque. Usaron palos y una botella con la que le
dieron en la cabeza a Galindo Soto. Además le fracturaron la
mandíbula. Fuentes me indican que hoy fue operado. Hernández y
Almonacid recibieron su parte.
Muñoz se salvó
momentáneamente.
¿Qué le preguntó
a las 5 AM Hernández a Cáseres y Delgado Velásquez? ¿Le habrá
consultado sobre el clima? ¿Fue una pregunta acerca del sentido de
la vida? ¿Su signo zodiacal? Por supuesto, estas preguntas suenan
ridículas pero tienen un propósito: es claro que estas no fueron
las dudas que le llevó Hernández al ex carabinero. Los testigos con
los que charlamos se hacen los mismos cuestionamientos. Los
encargados de la investigación también deberán hacérselas y si no
actuaron todavía, tendrían que haber allanado las casas de los tres
detenido en la búsqueda de elementos ilegales. La lógica de los
acontecimientos es palmaria. La pregunta en cuestión no justifica la
violencia y de ningún modo inculpa a Hernández de nada.
Una persona que ha
bebido se dirige a otra a quien conoce y que está a las 5 AM (no 5
de la tarde) acomodada tranquilamente en su vehículo. ¿Haciendo
qué? ¿Esperando a que alguien le pregunte por su signo o por la
temperatura ambiente?. No.
La pelea esquilmó a
los cuatro agredidos. No se lo esperaban. No se lo vieron venir y
esto también queda establecido en el testimonial de quienes lo
observaron todo aquella noche. La agresión fue unidireccional. Le
decimos pelea cuando en verdad fue un ataque.
Cáseres y Delgado
Velásquez comenzaron a mandar mensajes de texto. En ellos, según
pudieron observar los testigos, llamaban a otras personas para que se
sumaran a la paliza: ya mismo, en ese momento. ¿A quién podían
llamar un guardia de seguridad y un carabinero? ¿A su tía? ¿A un
abuelo en silla de ruedas? Nuevamente usamos imágenes falaces para
reflejar lo imposible. Un carabinero y un guardia de seguridad,
personas entrenadas para la acción física y con armas, solo pueden
haber llamado a otros como ellos: más carabineros, más agentes de
seguridad. Muy probable. ¿Han sido localizados ya?
Testigos posteriores
hablan de la intervención de dos automóviles. Dos personas en uno y
entre dos y cuatro en el otro. Seis contra tres personas heridas de
gravedad.
Después del primer
ataque Muñoz, Hernández y Galindo Soto caminaron desde Bulnes con
Magallanes hacia la calle Eberhard. Metros. Iban heridos. Golpeados.
Sangraban. Almonacid fue llevado por otra persona hacia la costanera
y salvó su vida. Por los impactos perdió dos dientes.
Esta vez dos
automóviles los encerraron y la andanada fue dramática. Del segundo
grupo participó el ex carabinero Pedro Loncuante. Insistimos: ¿Había
otros de la fuerza como él?
Fuentes vecinales me
indican que la formación que reciben los carabineros, el espíritu
de cuerpo que los acompaña se condice con el uso de la fuerza. Con
la violencia. ¿Es cierto que los preparan para atacar en lugar de
defender y servir como reza su escudo?
El proceso judicial
debe incluir el agravamiento de los hechos por tratarse de personas
preparadas para utilizar la violencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario