domingo, 2 de agosto de 2015

Vaca Muerta, lo que hizo con nuestras vidas en Patagonia




Advertencia preliminar: para cuando hayas terminado de leer este artículo de Vaca Muerta ya se habrán extraído 277 barriles de crudo. Al finalizar este día la cifra alcanzará los 40.000 barriles.

Patagonia es una tierra fértil para hacer crecer las quimeras. Los hombres más diversos han intentando levantar aquí, en la geografía olvidada de dios, las bases de su imperio. La mayoría han muerto impiadosamente en su esfuerzo. Dejados por barcos piratas en islas sin tiempo. Heridos por flechas o por tormentas o rayos inclementes. Muy pocos triunfaron. De ellos fue la autoría de la historia. A veces desconocemos sus nombres pero sabemos sus apellidos. Braun, Menéndez, Benetton. El petróleo, como el oro, como el cuero de los lobos marinos, como la centolla del extremo más austral, como las algas que van a parar a la industria cosmética y es sacada de los canales magallánicos, viene prometiendo dádivas, fama y fortuna desde hace un siglo y medio. 
Pero cuando las luces del teatro ya se apagaban, cuando el gobierno central de la Argentina, ubicado en la desquiciada Buenos Aires y conducido por Néstor Kirchner, había devuelto en 2007, por ley, a las provincias patagónicas la supremacía sobre una tierra maldita y abandonada, que no había dado suficiente oro negro como suponían los más optimistas del negocio, un estudio en 2011cambió las perspectivas de todo. Una investigación realizada por elDepartamento de Energía de los Estados Unidos reveló que en un yacimiento no convencional de nombre tétrico, Vaca Muerta, en eldesierto de Neuquén, se encontraba una de las cinco mayores reservasde gas y petróleo del planeta. El resto, como suele decirse en estos casos, es historia. Con un barril a 100 dólares se firmó un acuerdo internacional entre la renacionalizada YPF y la internacional Chevron y las bocas políticas se llenaron de palabras suntuosas. La tierra del demonio ahora había reencarnado en el paraíso del futuro. Las tribus mapuches, siempre golpeadas por la modernidad y que no han olvidado la sangrienta Campaña del Desierto en su contra, esta vez lucharon a brazo partido, aunque mediante acciones legales, para que se les reconociera su presencia en una zona que se transformaría en lugar de paso de millones de equipos y camiones. Y “el permiso de paso” cotiza bien y se paga en efectivo. Vaca muerta cambió el imaginario argentino en un cerrar y abrir de ojos. Un país que produce por día alrededor de 700 mil barribles de crudo pero que, para hacer funcionar su economía, requiere de más de 2 millones. Un país de billetera escuálida que en los últimos 10 años gastó en importación de energía (sobre todo gas) alrededor de 15.000 millones de dólares. Un país que en dos momentos de su historia fue capaz de autoabastecerse para luego ver como se deshacía frente a sus ojos, una vez más, la posibilidad de cambiar su destino sudamericano. Un país que produce el 10 % de los granos del mundo y tiene 11 millones de personas que padecen hambre o carencias. Pero el barril cayó como por un precipicio por múltiples factores (uno de ellos es el propio desarrollo poblacional e industria de Arabia Saudita que requiere un mínimo de 8 millones de barriles por día para mantener su industria, según reveló hace unos días “The New York Times”) y el negocio en el yacimiento no convencional, por estas horas, se comenzó a inundar pero de dudas.

                                 Afloramiento de shale, fisurado naturalmente


 Perforar la roca dentro de la cualduerme el petróleo no convencional no es una tarea sencilla. Hubo untiempo en que hacer un pozo “shale” (roca) podía costar 40 millones de dólares. Y si alguna vez se realizó a estos costos, fue únicamente para probar que se podía hacer. Hoy un pozo de estas características cuesta en el país alrededor de 10 millones de dólares. Se especula con que en 2016 se podrá hacer por 7 millones de dólares. Para que Vaca Muerta comience a dar verdaderas señales productivas, YPF, asociada a Chevron, deberá perforar por lo menos 2000 pozos en esta primera etapa de tres años de trabajos que van del 2013 al 2016. El costo global es de unos 20.000 millones dólares en cuatro años. Para alcanzar el autoabasteciento, fuentes industriales aseguran que habría que cavar el doble. Otros 20.000 millones de dólares. “Necesitamos un plató, una base, es indispensable llegar a esos 2000, con eso daremos un paso importante”, me explica un gerente de la petrolera nacional. Pero las proyecciones se hicieron con un barril a 100 dólares y no a 58 dólares. La Argentina mantiene un precio interno por decreto de 77 dólares para quienes producen en el país. Pero aun así, aun así.... Se rumoréa que el CEO de YPF, Miguel Galuccio, le ha pedido a su gente que trabaje a todo vapor sin mirar la pantalla del computador que cada día resta esperanzas al proyecto a medida que cae el valor del crudo. Galluccio ha sido claro: a su equipo le ordenó celeridad y compromiso. La meta es la meta. Todavía faltan unos 500 pozos para llegar a la plataforma que podría aproximar al país al autoabastecimiento. Por encima de las complejas ecuaciones económicas que padece la Argentina, la fórmula es sencilla y un poco terrorífica. El país tiene unos 30.000 millones de dólares de reservas en el Banco Central. Su gasto anual en energía oscila entre los 5000 y los 7000 millones de dólares. Esto no puede continuar, rugen los políticos oficialistas. De ahí la premura del gobierno de Cristina Fernández por disminuir las importanciones de gas y crudo. La Argentina inició en 2008 un peligroso sistema de dependencia estatal con el gas importado a Africa y Bolivia. La paradoja reina en una nación de abundantes recursos naturales. Cuanto más produce su industria, más energía necesita. Cuanto mejor se encuentra la clase media -una de las mayores en Latinoamérica junto con la de Brasil- más petróleo y gas requieren sus terminales porque los profesionales deben alimentar a su vez sus equipos de aire acondicionado, sus televisores, sus modernas heladeras, sus equipos de computación, sus teléfonos. El país depende en un 82% del petróleo. El restante está dividido entre energías hidroeléctricas, carbón y energía nuclear y alternativas. En un sentido algo morboso pero nada desquiciado, la Argentina padecería cualquier incipiente crecimiento industrial, si lo tuviera. El país ha visto caer en los últimos años a más de 1000 empresas de distinto porte. En este contexto el petróleo, como industria aglutinante y además estatal, surge entre las llamas como una espada de inmenso poder. El petróleo como generador de fuentes de empleos, como multiplicador de dólares y como elemento de seducción para el capital extranjero que aun duda de la eficacia nacional. Entre Río Negro y Neuquén hay 28000 puestos de trabajo directos correspndientes al petróleo que tienen un masa salarial de 800 millones de pesos por mes. Los operarios del sector, gracias al avance de los gremios, han llegado a tocar los 100 mil pesos mensuales con la ayuda de las horas extras. Laretracción de la industria impulsó a la empresas a reestructurarsus planteles de trabajadores y a renegociar los beneficios del sector. El propio Guillermo Pereyra, senador y líder de los petroleros, les recordó que algunos de esos instrumentos que engrosan el salario mensual están sobredimensionados. “Ganan dinero por comer, por dormir”, se quejó el gremialista en referencia a las horas “taxis” en las que el trabajador no hace nada, salvo ser trasladado.

La Cuenca Neuquina (líneas azules) y el área aproximada de la Formación Vaca Muerta. En distintos colores, el hidrocarburo que contiene (petróleo, gas seco y gas húmedo).

El triunfo siempre ha sido una obsesión nacional. El fútbol es un emergente del deseo popular por resaltar del resto de Latinoamérica, por demostrar que aquel pasado dorado que se le adjudicó a los argentinos a principios del siglo XX aun puede recuperarse. Vaca Muerta es un grito de revancha. Sirvió como un pretexto para alimentar este ego que difícilmente pueda soportar una nueva decepción. Nadie habla de los costos ambientales que pagará este suelo por una explotación que de concretarse será colosal. Argentina necesita de tal modo la energía y el reconocimiento como país petrolero que todavía no se la ha dado forma a una política de protección ecológica vinculada a los hidrocarburos no convencionales. Hoy el petróleo es “la” matriz productiva del país aunque, en los papeles, es una pieza en desarrollo del panorama nacional. Y empieza plantarse sobre los hombros de otras matrices como, por ejemplo, la fluticultura. Mientras en Vaca Muerta se planifican entre 5000 y 10000 millones de dólares de inversión durante el 2016, los productores de pera ymanzana en Río Negro y Neuquén, no han podido conseguir un subsidiopor 110 millones de pesos para la poda en lo que va del 2015 de partedel gobierno de Cristina Fernández. 70.000 personas viven de laschacras. Su negocio global ronda los 1000 millones de dólares. Mientras tanto YPF factura por años unos 13.000 millones de dólares. “¿Ya no habrá dinero para los productores?”, le pregunté a un senador nacional en una noche, en el café de un hotel del Alto Valle de Río Negro. “La idea es que los productores que queden sean los que de verdad mantienen un negocio, que se gestionan y tienen un sentido empresarial”, me explicó el senador. Quedó todo dicho porque, en el fondo, hablaba por la misma presidencia.


"Necesitamos muchos Chevrones en la   

Argentina si queremos acelerar el desarrollo de 

Vaca Muerta"


Miguel Galuccio, CEO de YPF
En el ahora famoso yacimiento hay suficientes recursos como para mantener a la Argentina bien provista por los próximos 132 años. Pero (y siempre hay un pero) no es lo mismo reserva que recurso. Vaca Muerta es tan rica como mezquina. El que pretenda sacar algo de sus entrañas deberá romper la interpérrita piedra (shale) dentro de la que se esconden toneladas de petroleo. En una acción que tipifica la codicia local, a poco de ser anunciadas las nuevas cifras de recursos en Neuquén, los especuladores comenzaron a hacer rendir su olfato. El gobierno de Jorge Sapag sacó a licitación áreas petroleras, que nadie quería antes del 2011 y que por inútiles habían sido devueltas a la provincia. Estos espacios prometían océanos negros traducibles a dólares. Las maniobras de enriquecimiento de políticos y empresarios allegados al poder eran burdas pero efectivas. Las licitaciones fueron ganadas por los conocidos de siempre que, a su vez, después de un tiempo prudencial, le revendieron sus fracciones ganadas a las grandes compañías que querían probar fortuna en el yacimiento. La Argentina padecía, y padece, las consecuencias de una historia de créditos impagos y conducta sospechosa ante la banca internacional. Hacer funcionar a Vaca Muerta, para convertir al país de una nación “con petróleo” a otra productora de petróleo, implica la llegada de enormes masas de capital. Hay quien asegura que el autoabastecimiento se encuentra unos 90.000 millones de dólares, restando los10.000 millones que aproximadamente han invertido YPF y Chevron en los últimos 3 años. Era una obviedad que después de default muy pocos se mostrarían interesados en apostar por la Argentina aunque el barril de crudo se mostraba a un precio -100 dólares- que hacía soñar a más de un CEO en Texas. En 2012 la presidenta Cristina Kirchner cortó por lo sano. Si el país no tenía prestigio suficiente para atraer capitales internacionales habría que encontrar a alguien con el prestigio personal para convencer a las multinacionales de que la palabra todavía valía algo por estos lares. En Londres, en un puesto de extrema responsabilidad, Fernándezdescubrió a Miguel Galuccio. Un ingeniero osado, de carrera brillante que alguna vez había aparecido en uncomercial de la anterior versión de YPF. Toda una señal del destino. Aunque el destino es puro cuento. La presidenta actuó con prestancia y brutalidad. Expropió YPF a Repsol, la empresa española que la operaba y la transformó en una empresa nacional. Galuccio también tendría la obligación de venir a curar esta herida con el brillo de su figura. A cambio Fernández le ofreció dos cosas, tal vez una más valiosa que la otra: un sueldo superior a los 2 millones de dólares al año y la gloria de convertirse en un héroe nacional. Galuccio se jugó una carta fuerte acaso única.


                                      Acuerdo entre YPF y Chevron por Vaca Muerta


Sus contactos en la americana Schlumberger le sirvieron para atraer la mirada de Chevron. La poderosa compañía se había quedado afuera del negocio del no convencional en Estados Unidos y no quería continuar viendo desde afuera cómo evolucionaba el juego. A cambio de invertir 15000 millones de dólares en un plazo de entre 7 y 10 años (los pliegos dicen más pero la inversión fuerte siempre se concreta en los primeros años), la empresa le hizo firmar a YPF y al gobierno de Fernández un pliego exclusivo en donde los beneficios están a la orden del día. También pidió garantías legales y constitucionales por lo que una vez más fue cambiada la Ley de Hidrocarburos. La firma del acuerdo fue expeditiva en Buenos Aires y, en Neuquén, la provincia que debía ratificar en su Legislatura el acuerdo entre las petroleras, no demoró demasiado a pesar de las 5000 personas que semanifestaron el 28 de agosto de 2013 mientras se debatía el asunto. Después, como muchos saben, se cambio la ley. Las provincias perdieron parte de lo que se les había entregado. La historia del petróleo está poblada de estas ironías. Tierras regaladas porque no valían nada, luego exigidas porque estaban cargadas con recursos desconocidos o desmerecidos. Pueblos, como Añelo, que viven “en” la multimillonaria inversión de Vaca Muerta pero que no pueden tener ni siquiera una comisaría propia. ¿Quién quiere construir por 70 millones de pesos cuando al lado de construyen estructuras como shoppings y barrios privados por 2000 millones de pesos?. El dinero del petróleo es como una ola que arrasa a su paso. Los obreros del sector, antes que construir casas o reinvertir en nuevos espacios laborales, tienen la costumbre de dilapidarlo por ahí. La prostitución, el consumo de drogas, las apuestas sólo tienen sentido cuando existe la demanda. Y Añelo y Rincón de los Sauces, lo piden a los gritos. La última enbestida de Sapag para tratar de darle un cause a los 7000 millones de pesos en regalías que recibe su provincia es la creación de un fideicomiso. Un fondo que servirá para realizar inversiones en obras públicas y garantizar las pensiones de sus habitantes. Un modelo noruego aplicado a la Patagonia. Pero, lástima, será el mismo gobierno provincial el que maneje el fondo. Ya se sabe, este tipo de administraciones públicas es poco dada a las auditorias independientes. 

Apuntes


How much fossil fuel has been used in your lifetime? (The Guardian)

Prices Are Down, but Saudis Keep Oil Flowing (The New York Times)






“There is no conspiracy, there is no 

targeting of anyone. This is a market 

and it goes up and down.”


– Suhail Bin Mohammed al-Mazroui, United Arab Emirates’ petroleum minister


Una de las teorías por las que el precio del crudo está en baja

 Durante un tiempo sorpresivamente extenso el barril de petróleo se mantuvo en un precio alto: 100 dólares. Un valor de lujo para los exportadores como los países árabes, Venezuela y Nigeria. Con este valor en la pizarra se confirmaron los mejores pronósticos en Vaca Muerta. Donde hay petróleo pero en áreas difíciles de obtener (Shale: piedra Tight: arena apretada). Para sacar ese petróleo y obtener ganancias, las compañías necesita un barril alto: más de 80 dólares. Pero en los últimos meses Arabia Saudita, Irán y Emiratos Arabes comenzaron a producir en grandes volúmenes y esa sobrepoblación del producto en el mercado obligó a bajar el precio del barril a 60 dólares o menos. La baja afectó la producción de crudo no convencional en USA (primer productor del tipo) y golpeó las expectativas de Vaca Muerta. El gobierno de Cristina Fernández, para aminorar el efecto, estableció un precio interno del barril en 77 (subsidiado) que le permite obtener márgenes a las petrolelas en el país mientras invierten y esperan por precios mejores. En Estados Unidos, el precio a 60, provocó un retroceso en la inversión en sus no convencionales (de ahí los despidos y achiques de estructuras y operaciones). ¿Por qué Arabia Saudita está extrayendo tanto petróleo convencional?Los Arabes necesitan 8 millones de barriles por día para poder sacarel suficiente volumen de gas que necesita su creciente economía (unade las más pujantes de Oriente Medio). El petróleo "sube"con gas desde el pozo. Por día extraen 10 millones de barriles omás. Argentina por día consigue 700.000 barriles entre convencionales y Vaca Muerta. Pero necesita el doble para que su industria y sus servicios no se apague.


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