martes, 17 de julio de 2012




Esta entrevista fue publicada en septiembre de 2007 en el Magazine de “The New York Times”. Aunque ha pasado el tiempo me parece un excelente documento para conocer mejor a uno de los más talentosos actores que ha dado el cine norteamericano en los últimos 15  o 20 años. Un chico con vocación renacentista: escritor, director, actor y buscador constante.


Por Deborah Solomon
- Aunque eres un actor muy elogiado – protagonizas por estos días el thriller de Sidney Lumet “Before the Devil Knows You’re Dead” – pareces más interesado en convertirte en un artista con mayúsculas. ¿Este es el motivo por el cual sigues escribiendo novelas y dirigiendo esas temperamentales películas independientes?
-Siempre quise tener una vida interesante, pasarse la vida en un set de filmación no es lo mejor que una persona puede hacer. Si pudiera dedicarme por entero a un gran arte, sería escribir, porque es algo que realmente respeto y no es tan efímero.
-¿Es una gran presión el hecho de que Tennessee Williams haya sido tu tío abuelo por parte de padre?
-Mi madre quería que yo fuera un novelista. En cierto modo, soy una construcción de la imaginación de mi madre.
-¿Crees que una madre puede querer y criar “hijos artistas”?
-Si, si ella los abandona a tiempo.
-¿Tu madre está satisfecha con su creación?
-No lo sé. No hablamos de cosas como, “¿Estás orgulloso de mí?”. Vive en Rumania, donde trabaja por los derechos de los gitanos. Comenzó una organización llamada “Fondo Alex”, que lleva el nombre de un niño mendigo. Se dió cuenta que todo eso tenía un gran impacto en su vida.
-¿Pudo verte en la aclamada “Coast of Utopia” de Tom Stoppard, en la que interpretas a Mikhail Bakunin, el gran aristócrata ruso convertido en anarquista?
-Ella estuvo conmigo. Después de ver la tercer parte de la obra, me dijo: “Bueno, nunca harás nada mejor. ¿Cómo te sientes al respecto?”. Así es como piensa mi madre.
-¿Cómo piensa tu papá?
-Es analista económico en Indiana. Mi madre pensaba que mi padre era la persona más inteligente que había conocido. Ella quería sus genes. Llegó a 1600 en su exámen SAT (test utilizado para seleccionar el ingreso a la universidad en EE.UU.)
-¿También tienes un coeficiente intelectual alto?
-No. Yo sé que no.
-¿Cómo te fue en el SAT?
-Lo hice drogado.
-Precioso. Tal vez deberíamos hablar de sus próximos proyectos. Dirigirás la dirección de una obra Off Broadway en Nueva York.
-Se llama “Las cosas que queremos”, de Jonathan Marc Sherman. Es como “Long Day’s Journey Into Night” sólo que mejor, más divertida y no tan ridículamente larga.
-¿Estás seguro de que la elogiaste lo suficiente?
-Aun no terminé.
-¿Por qué pasaste el verano en Australia?
-Estoy haciendo una película de vampiros (* “Daybreakers”). Es una zambullida gigante desde el gran arte al arte popular. Actuar es un generador de oportunidades. Puedo pagar mis facturas siendo actor y me permite tomar un año sabático para hacer “The Hottest State”.
-¿Te refieres a la película que diriges, acerca de un oscuro romance, basada en una novela tuya del mismo nombre?
-Está basada en mis 20, 21. He invertido toda mi autoestima en lo que los demás pensaban de mí, en su mayoría mujeres. La película, en mi opinión, trata acerca de cómo involucramos al pasado en cada relación y de cómo cualquier definición que tenemos sobre el amor es la que nos fue enseñada por nuestros padres.
-Algunos críticos encontraron que se trataba de una película narcisista, quizá porque el personaje principal parece tan enamorado de sus propias emociones.
-Eso está totalmente bien. Cuando muera habrá mucho trabajo de mi autoría que la gente podrá mirar. Mis hijos tendrán la oportunidad de decidir si yo era un narcisista o una persona cariñosa.
-¿Son los hijos que tuviste con Uma Thurman, tu ex-esposa?
-Sí. Ahora tienen 9 y 5.
-¿Qué tipo de consejo les das a tus hijos?
-Les digo, cuanto más lees, más inteligente te vuelves. Es así de simple.

La entrevista en The New York Times

No hay comentarios:

Publicar un comentario