No muchos deben haber apostado a que los Rolling Stones llegarían más o menos juntos hasta el 2012, a 50 años de haberse constituido como banda.
Esperar lo contrario, su continuidad a lo largo del tiempo, hubiera sido un acto de optimismo imperdonable para las generaciones que los vieron nacer y evolucionar. Hoy no nos extraña que Paul Mccartney viva en gira perpetua, pero tanto los Rolling Stones como The Beatles debieron sobrevivir a los imaginarios colectivos que en los 60 y los 70 aseguraban que era mejor morir joven y glorioso que viejo, olvidado y repetitivo. Incluso en los 80 había más de una bandera que llevaba escrita leyendas del tipo: “Si sos estrella de rock apágate rápido”.
La permanencia de los Rolling Stones tiene varias explicaciones. Una de ellas esta vinculada a los propios orígenes musicales de la banda. Su pasión por el blues y por el jazz americano, los hicieron participes de una forma de entender el arte. Ellos como B.B.King, Muddy Waters, John Lee Hooker, entre una larga lista de solistas y grupos blues, han cultivado su carrera con una extraña paciencia muy poco vista en el rock.
No hay comentarios:
Publicar un comentario